Redireccionar mi carrera y mi CV

Hacer mi primer CV fue todo un desafío. Lo miraba, y para mí, era de una pobreza espartana ya que obviamente no tenía más que los años cursados en la escuela, liceo y facultad y mis años estudiando inglés.  Mucho tiempo después, cuando necesité redireccionar mi carrera laboral, ese CV ya mucho más nutrido,  no tenía nada que ver con cualquier nuevo rumbo laboral que yo querría tomar.  Mi curriculum estaba potenciado y reforzado con mi historia y experiencia de años, pero no me ayudaba a avanzar con la nueva vida laboral que necesitaba.

Mi CV recargado

A medida que fui cambiando de trabajo, terminando mi carrera en facultad, capacitándome, tomando nuevas responsabilidades, ocupando nuevos cargos, pasando a nueva empresa, mi CV se reforzaba y se potenciaba. En aquella época, ese era el fluir de mi vida laboral: avanzar en la carrera de marketing y consecuentemente generar experiencia, formación, contactos: ser buena en ese camino.  En el interín, disfrutaba de una especie de “prestigio” que de alguna manera me daba trabajar en esas empresas. Mi CV siempre ganando puntos para avanzar por ese rumbo que era incuestionable.

Mi CV, mi aliado 

Mi trayecto laboral si bien no fue descollante en absoluto, tuvo hitos que me ayudaron a avanzar – el tránsito de una fusión, una multinacional primero, otra multinacional después, una estadía de 5 años en la matriz en San Pablo. Hitos que de seguir por el mismo camino laboral  me ayudarían a redondear una buena carrera en el sector. 

Mi CV era mi aliado, el reflejo perfecto de esa carrera que estaba armando. En la situación que surgiera dentro de ese sector, mi CV era una garantía. 

En  aquel momento no pensaba en redireccionar mi carrera. En realidad no había nada para redireccionar, todo encajaba perfecto con lo que quería para mi vida. Así que yo, iba e iba.

La previa a las ganas de cambiar

La necesidad de redireccionar mi carrera laboral fue un click, un insight que “me llegó” de forma puntual y concreta con día y hora, pero esa necesidad se fue gestando de manera intermitente, poco a poco en mí, de forma consciente y otras no tanto, aún en etapas en las que yo estaba en la cresta de la ola de esa carrera. 

Eran momentos donde todo venía encaminado para fluir y crecer, pero yo tenía algo así como fogonazos?, momentos de lucidez? en los que me preguntaba si ese era mi camino. 

Eran momentos puntuales en los que ni por asomo pensaba en redireccionar mi carrera, pero aparecía como una picazón por estar fuera de ese espacio laboral. Eran momentos donde sentía alguna de las siguientes cosas:

  • Falta de sentido en mi rol y en el de la empresa
  • Falta de sentido de pertenencia en relación a mi trabajo
  • Incomodidad ante nuevos desafíos
  • El tiempo compartimentado entre dentro del trabajo y fuera del trabajo

Esos “fogonazos” me hacían sentir miedo y molestia. Era un miedo sutil,  porque sin pensarlo de forma intencional, creía que esa incomodidad no me traería nada bueno: implicaría redireccionar mi carrera cuando tenía todo!  para seguir y crecer donde estaba.  

En esos momentos de lucidez, también me sentía molesta conmigo misma, tal vez enojada?  Lo atribuía a aristas personales que se venían desplegando como parte de mi crecimiento personal y me cuestionaba cómo pensar en redireccionar mi carrera teniéndolo “todo”:

  • Buen ingreso y beneficios
  • Buen plan de capacitación
  • Interesante plan de carrera 
  • Buen ambiente entre los colegas
  • Posibilidad de viajes por trabajo
  • Buen trato con los clientes
  • Posibilidad de desarrollar ideas 

* todos los adjetivos “buen, interesante” son totalmente subjetivos, obvio! según mi visión de aquel momento.

El momento de la verdad: el rol de mi CV

Luego de años, cuando al fin sentí literalmente: “Esto no es para mí, tengo que hacer otra cosa con mi trabajo”, ahí sí llegó el temor con todo:

Sentí que mi CV no me ayudaba en nada para redireccionar mi carrera. 

Entonces mi coach de aquel momento me hizo detenerme a pensar y observar todo lo que había detrás de cada etapa de esa historia laboral.

El otro CV

Entonces se fue dibujando el otro CV, el que no figura explícitamente pero es el que sostiene al que se ve. Son las habilidades, fortalezas,  capacidades, rasgos personales que desplegué naturalmente en cada etapa:

  • Resiliencia
  • Mentalidad de crecimiento, aprendizaje 
  • Liderazgo
  • Disciplina
  • Foco en los objetivos
  • Autogestión 
  • Visión para detectar oportunidades
  • Capacidad de trabajar en equipo
  • Transparencia y honestidad
  • Plasticidad 
  • Afán por la armonía interior y la de los ambientes
  • Alegría y buena disposición

Todo eso no estaba explícito en mi CV pero formaba parte de mi Ser Angelina. Son todas fortalezas innatas o adquiridas; habilidades naturales y aprendidas; rasgos de mi personalidad que potencié y que me ayudan a diario a  desarrollar y consolidar esta carrera laboral que elegí para mi vida.  

Todo ese paquete es lo que sostuvo siempre mis ganas de expandirme y no sólo de crecer; y fueron esas ganas las que me trajeron hasta aquí hoy:

  • Mi nueva carrera a través de la que acompaño a mujeres a encontrar una nueva vida laboral más coherente con la vida que necesitan.  

 

Y tú, ¿qué ves detrás de cada etapa en tu CV?. 

¿Cuáles son esas aristas personales,  características, fortalezas, habilidades que te trajeron hasta acá?  

¿Cuáles podrás usar en el transito de tu redirección laboral?

Te invito a que te amigues con tu CV y lo veas como apenas una parte de ti. Conecta contigo y verás todo lo que tienes para desplegar y ofrecer en el nuevo camino laboral que elijas.

Un abrazo, 

Angelina 

 

PD: si estás pensando en cambiar tu carrera laboral y no sabes dónde está ese trabajo con el que sientas conexión, te invito a que me contactes, podremos agendar una sesión de exploración para evaluar cómo puedo acompañarte a transitar tu proceso hacia ese cambio que necesitas.

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